La energía eléctrica obtenida de las placas solares es inyectada directamente a la red interior para consumo propio de los aparatos conectados en el momento de la producción.
La energía producida que no se consume en ese momento se almacena en baterías para su consumo posterior.
La electricidad producida normalmente es acumulada en baterías para su uso posterior (iluminación, TV, frigorífico, etc.), aunque también se pueda consumir directamente (bombeo de agua en pozos, etc.).
Estas instalaciones suplen la falta de red eléctrica cercana.